Pas question pour Hagar Shipley, une nonagénaire, de finir ses jours dans un foyer pour personnes âgées, mais c'est pourtant ce que souhaitent son fils Marvin et sa bru Doris. Et pour cause: la présence dans leur maison de cette vieille femme acariâtre à la santé chancelante leur pèse terriblement. Cette situation délicate réveille en Hagar le souvenir de sa jeunesse rebelle. Elle avait épousé Bram, de condition modeste, ce qui provoqua la colère de son père, riche commerçant, qui l'a reniée. Mais quelques années plus tard, alors qu'elle élève dans la pauvreté ses deux enfants, Hagar quitte Bram, devenu alcoolique. Rendue au soir de sa vie, à l'insu de son fils, elle part s'installer dans un chalet en ruines où elle a connu autrefois quelques instants de bonheur.

En el pueblo de Eden, una pareja con desavenencias aparece muerta. Todo indica que la mujer fue asesinada por su marido, quién después se suicidó. Pero la policía descubre que alguién mató al hombre.

Derek y Casey están de regreso y continúan su hilarante rivalidad entre hermanos durante unas vacaciones familiares para visitar a su abuela en su hermoso albergue frente al lago. Las cosas se calientan con Casey cuando conoce a Jesse, un apuesto joven bailarín que es camarero en el albergue. Mientras tanto, Derek se está "enfriando" en sus vacaciones, se enamora de Roxy, la chica rica que vive al otro lado del lago. Pero cuando el padre de Roxy, un codicioso desarrollador de tierras, amenaza con destruir la belleza natural que los rodea, los niños de McDonald-Venturi se unen para salvar el lago y el albergue.

Cassie, la dama gris, y su prometido, el jefe de policía Russell, deciden casarse en Nochebuena. Todo se complica pues el maravilloso anillo que Jake ha comprado desaparece...

Basada en hechos reales. Gracias a su habilidad y amor por las palabras, Evelyn Ryan, un ama de casa, consigue mantener a flote a su problemática familia: diez hijos y un marido alcohólico, torpe e irresponsable. En los años 50 y 60, era frecuente que las amas de casa usaran su ingenio para ganar miles de dólares en concursos organizados por las empresas para promocionar sus productos. Pero ninguna de ellas podía competir con Evelyn Ryan, cuyo ingenio y agudeza eran proporcionales a las numerosas necesidades de su familia.